Carácter: Aries

Con Aries comienza el Zodíaco, por lo que representa el primer estadio vital de nuestra experiencia, cuando, tras el nacimiento, empezamos a ser individuos por nosotros mismos. Como signo de Fuego, necesita independencia y ser alguien por sí mismo.

Aries tiene espíritu de líder, de pionero, de guía o de promotor, de algo, en definitiva, que lo haga sentir el primero, el mejor o el más rápido. A lo largo de su vida irá desarrollando un espíritu competitivo, como si la lucha por la supervivencia dependiese de ello, que, con frecuencia, le proporciona capacidades empresariales. En el fondo, tiene sed de conquistas o de batallas, sean éstas deportivas, económicas, sentimentales o de cualquier otro tipo, algo, en definitiva, que le permita realizar una hazaña. La tranquilidad para este signo es un anatema: siempre tiene que estar haciendo cosas, aunque, si es posible, a ráfagas o aquello que le venga en gana. Se divierte más y reacciona con más ilusión ante desafíos o nuevos estímulos y proyectos que en historias consolidadas.

En su evolución personal, muchas veces, sus pasos entrañan riesgos considerables, pero Aries no suele ser muy consciente del peligro. En cambio, sí que tiene miedo al sufrimiento o a los problemas físicos.

En sus relaciones personales prefiere un trato directo: hay que ir al grano, sin demasiada retórica ni preparativos. Realmente Aries es impulsivo e impaciente. En el fondo, son como niños, algo caprichosos, que quieren las cosas ya, y, si no, se mosquean, aunque sus enfados les duran poco.

En el amor, actuará según su grado de evolución. Normalmente Aries se entrega total e incondicionalmente a la persona amada, a la que suele idealizar como encarnadora de todos los valores que espera ver su amor. En cambio, los Aires que viven más en su estadio infantil necesitan ir de conquista en conquista para afirmarse a sí mismos.

En positivo: De una persona Aries cuya carta astral sea armónica en su conjunto, se puede esperar: valor, audacia, confianza en sí mismo, sentido del humor, iniciativa y noble ambición.

En negativo: En cambio, cuando el resto de la carta astral y las circunstancias no acompañan podrá mostrar el lado más negativo del signo, es decir: egocentrismo excesivo, que puede llegar a convertirse en desprecio por el otro.